Eneatipo 2

El ayudador, afectuoso, el amante, el complaciente, el amigo especial, el generoso, el seductor, la princesa, el ¨buenito¨, el demostrativo, posesivo, el altruista, el servicial.

TEST CARÁCTER BÁSICO Nº2 SI NO
1. Lo que he hecho por algunas personas creo que me convierte en alguien muy importante para ellos.
2. No sé si es el destino o mi vocación, pero a menudo a mi alrededor hay personas que requieren de mi compañía y consejo.
3. Soy un agradecido de la vida, por eso me gusta compartir lo que tengo.
4. Disfruto ayudando y siendo útil a los demás.
5. A veces siento que los demás no valoran realmente la ayuda que les doy.
6. Soy capaz de crear un clima de confianza, proximidad y acercamiento con las personas que me relaciono.
7. El servicio a los demás es una gran motivación en mi vida.
8. A veces, las personas no saben qué rumbo darle a sus vidas.
9. Me siento bien aconsejando y ayudando a las personas a salir de situaciones problemáticas.
10. En ocasiones puedo ver con mucha facilidad la solución de los problemas de los otros.
11. Cuando me canso, siento la dependencia de otros como una sobrecarga.
12. Habitualmente suelo olvidarme de mis propias necesidades.
13. Disfruto ayudando, pero me cuesta pedir ayuda.
14. A veces, me siento muy cansado y nadie parece darse cuenta.
15. Mi ayuda sobre todo consiste en compañía y apoyo emocional a quienes lo necesitan.
16. Sentirme cercano a los demás me hace sentir bien.
17. Disfruto creando un clima agradable, llenos de cálidos detalles que son los que hacen la diferencia.
18. Mi ayuda es completamente desinteresada, pero debo reconocer que hay ocasiones en que me gustaría saber que yo puedo contar con los demás como ellos cuentan conmigo.
19. Amar y ser amado es fundamental en mi vida.
20. Mi familia y las personas con que me relaciono saben que siempre pueden contar conmigo.
Nota: Para contestar este cuestionario marca SI, si estás absolutamente de acuerdo con la afirmación y NO si estás algo de acuerdo o en desacuerdo con la afirmación. Si marcaste 15 o más casillas bajo el SI, entonces es bastante probable que tu Eneatipo sea el número 2.

Eneatipo 2
Características Principales:
Su Razón: Yo Siento y Hago, pero Pienso poco.
Área del Cerebro Mayor Acción: Límbico.
Componente de la Energía Divina: Amor.
Arquetipo fijado: La Madre.
Pecado: Soberbia.
Pasión: Ayudar y cuidar a los demás.
Miedo Básico: No ser amados y necesitados.
Deseo Básico: Ser serviciales.
Virtud: Caridad desinteresada.
Línea del Tiempo: Orientados al pasado.
Su Lema: “Ayudo, luego existo”
Frase Típica: ¡Me siento bien ayudando a las personas que quiero!

Descripción: son personas alegres y serviciales, muy generosas y siempre dispuestas a ayudar a los demás. Es el tipo de personalidad que necesita sentirse necesitada. Dan pretendiendo no esperar nada a cambio, pero en realidad necesitan agradecimiento para sentirse amadas. Los 2 evitan reconocer que tienen necesidades, pero ven rápidamente las carencias de los otros, enorgulleciéndose de ser serviciales. En su mejor aspecto nos enseñan el valor de la autentica generosidad.
Las cualidades de este Eneatipo son socialmente muy deseables para el género femenino, de las cuales siempre parece esperarse sean unas madres amorosas, solícitas, dispuestas a solucionar los problemas de su familia con alegría y postergación. Pero de igual forma que muchas mujeres no sienten el llamado a ser madres, también muchos hombres encarnan las hermosas cualidades de este número y se sienten atraídos a vivir una vida dedicada a la solidaridad.
Yo Siento y Hago, pero Pienso poco, las personas que pertenecen a este Eneatipo son personas que dan mucha importancia a sus sentimientos, y como todos sus compañeros de Tríada buscan el
Amor. En el caso de los 2 pretenden conseguirlo a través de sus actos de cuidado hacia los demás. En realidad no consiguen amarse a sí mismos y buscan el amor del otro colmándolo de atenciones, pero como están alejados del centro del pensamiento no suelen detenerse a reflexionar qué es lo que realmente el otro necesita o desea.
Como están regidos por el área del cerebro límbico las personas de este Eneatipo dan mucha importancia a su imagen propia, buscan desesperadamente ser amados. Mucho más afines a los cambios que los Eneatipo de la Tríada del instinto, dan mucha importancia a las relaciones y les complace tener sentimientos de protección hacia quienes aman, a quienes suelen ver débiles y sin capacidades para cuidarse a sí mismos. Ellos viven su compulsión hacia afuera, al contrario que sus vecinos de Tríadas que la viven hacia adentro, como en el caso del 4 que intenta encontrar su valor en su interior y del 3, que parece sobrarle el amor propio, pero que vive buscando el aplauso de los demás para reafirmar el amor por sí mismo.
El componente de la energía divina que los miembros de la Tríada del sentimiento vienen a aprender y a manifestar es el Amor, que en el caso de los 2 se vive volcado hacia fuera y se traduce en vivir orientado a satisfacer las necesidades de los demás. Como ellos dan mucho amor y muchas atenciones, pero en realidad lo que están haciendo es pedir que los amen, suelen pasar por periodos de resentimiento en los cuales sienten que no son retribuidos en la justa medida de su generosidad. El Amor
Universal, todo lo da pues sabe que todo lo tiene, cuando no conectamos con este componente de la energía divina, vivimos con una sensación de abundancia que nos permite dar sin esperar nada a cambio.
Si el Eneatipo 1 se hizo padre a temprana edad, el 2 se hizo madre. Los Eneatipos 2 se convierten en madres de todas las personas a las que aman. Cuando viven este arquetipo desde su lado menos luminoso son atentos en exceso, manipuladores, madres castradoras que crían hijos dependientes, no deseando que ellos crezcan y se independicen. No escuchan las reales necesidades de sus hijos, los abrigan cuando ellas tienen frío, felicitándose luego por ser tan buenas madres. Por el contrario, cuando este arquetipo se vive desde su lado luminoso, se revelan todos los aspectos maravillosos de la madre: amorosa, atenta, incondicional, dando espacio para las necesidades reales de sus
“hijos”, estimulándolos a crecer y liberarse, siempre con los brazos abiertos para cobijar e igualmente abiertos para soltar.
El pecado capital de este Eneatipo es el orgullo o soberbia, que aquí lo podemos entender como un sentimiento deformado del amor que nos lleva a considerar que sabemos mejor que el otro lo que éste necesita y que tenemos más recursos que los demás para satisfacerles sus necesidades. Los 2 se sienten superiores que los demás pues sienten que ellos no necesitan ayuda y pueden darla a caudales. Cuando este pecado se vive desde la virtud se transforma en vocación de servicio, que es lo mismo que dar sin esperar nada a cambio.
La pasión de este Eneatipo es amar, ayudar y cuidar a los demás.
Su círculo puede extenderse hasta su familia, sus amistades, el vecindario, su trabajo y el mundo entero.
El miedo básico de este Eneatipo es no ser amados y necesitados, pues temen perder así su valor; cuando este miedo es llevado al máximo terminan por agredir a quienes aman, exigiéndoles retribución y reconocimiento ya sea con quejas o con manipulaciones veladas.
Este miedo básico a no ser amados genera el deseo básico de ser serviciales, que llevado a la exageración termina degenerando en un servilismo autoritario, pero que llevado hacia la virtud se transforma en generosidad. En este lado ellos parecen invitarnos a dar lo mejor de nosotros mismos y aprender a dar y ayudar a quienes nos rodean. Como todos los de la Tríada del sentimiento, los 2 están orientados al pasado, suelen evaluar lo que han dado versus lo que han recibido y sin darse cuenta transforman el amor en una transacción de afectos.
Su lema es: “Ayudo, luego existo” y su frase típica: ¡Me siento bien ayudando a las personas que quiero!

Pauta Infantil del Eneatipo 2.
Durante su infancia los 2 tuvieron por algún motivo que anteponer las necesidades de los demás sobre las propias, aprendieron que debían dar para recibir y que tenían que ganarse el afecto de los demás pues el amor no es gratis. Interpretaron sus propias necesidades como un acto de egoísmo. Así aprendieron a ser el amigo generoso, el que complace y proporciona atención y cuidados a los demás.
Se hicieron notar en la familia cuidando de sus hermanos, haciendo los quehaceres del hogar, cuidando a sus padres.
Sintieron que se les quería por ser niños serviciales, atentos y cariñosos. Algunos sufrieron quizá la falta de manifestaciones afectivas y compensaron su vacío dando a los demás lo que ellos no recibieron.

En su variante sana.
Las personas de este Eneatipo se tienen en alta autoestima, disfrutan de su capacidad de ayudar y atender a los demás sin esperar nada a cambio, comprenden que esta necesidad tiene que ver con sus propias necesidades y no esperan reconocimiento de los demás. Como están conectados con el placer de dar, no quedan dolidas ni molestas cuando sus atenciones no son valorizadas o retribuidas.
Los miembros de este Eneatipo nos hacen un llamado a entregar lo mejor, a ser generosos y solidarios, nos muestran con el ejemplo a salirnos de nosotros mismos y ver al otro en sus necesidades. Comprenden que el verdadero amor todo da y nada pide y que reconocer nuestras propias necesidades, es un acto de amor y respeto hacia nosotros mismos.
Tienen claro que los demás cuentan con recursos, tanto como para reconocer sus propias necesidades como para satisfacerlas y también para ofrecer ayuda. Siempre dispuestos a ayudar a los demás, también los alientan a crecer, independizarse y aprender a satisfacer por si mismos sus necesidades, y están dispuestos a recibir ayuda cuando la necesitan.
Estas personas son un verdadero ejemplo de abnegación y entrega, poseen un corazón generoso y nos enseñan el amor desinteresado, son fuente de inspiración en un mundo ajetreado donde cada vez escasean más las sinceras manifestaciones de preocupación y entrega por el otro, nos enseñan un mundo solidario, compasivo y dadivoso.
Encarnan lo mejor del arquetipo materno: protectores, amorosos, compasivos, cooperadores sin ser invasivos. Genuinamente desinteresados, saben estimular a los otros a crecer e independizarse.
Disfrutan apoyando a los más necesitados, pero como también son capaces de ver sus propias necesidades y tienen una vida propia, disfrutan y saben dar valor y hacer respetar sus tiempos.

En su variante menos sana.
En su afán de agradar toman una actitud amistosa forzada, una solicitud exagerada, demasiada generosidad, hasta descarada adulación. Son el mejor amigo de todos, incluido el cartero y los niños del barrio. Desean que los demás los consideren como sus mejores amigos y se ofenden si no lo consiguen.
Los tipo 2 menos sanos, tienen muy baja su autoestima, transformando su virtud en su obsesión, viven pendientes de las necesidades del otro, olvidando las suyas propias. Se vanaglorian de dar, pero lo hacen por una profunda carencia interna que los hace creer que tienen que hacer méritos para ser dignos de ser amados.
Disfrutan su generosidad y capacidad de entrega, pero llevan un registro de sus actos solidarios y tarde o temprano terminarán por cobrar la cuenta y caerán en su papel de victimismo y enrostrarán viejos favores. En su interior van acumulando una profunda vergüenza, pues saben que están jugando un papel de falsa amabilidad y fingido amor.
Como les cuesta reconocer que los demás tienen necesidades que no necesariamente coinciden con su percepción y que aún cuando así fuese, no necesariamente desean su ayuda, se imponen siendo avasalladores y poco respetuosos con el ritmo del otro.
No son capaces de reconocer que los demás cuentan con recursos propios para resolver sus problemas y coleccionan personas necesitadas, alentando la dependencia pues así se sienten útiles e importantes. Raramente piden ayuda y cuando la necesitan se sienten heridos porque no la tienen.
Piensan que el cariño de los otros dependerá de su esfuerzo por conseguir que otros dependan de ellos. Con frecuencia están estimulando a que esto suceda y luego se quejan de sentirse sobre exigidos.
Encarnan lo peor del arquetipo materno, manipuladoras, madres castradoras que crían hijos dependientes, no deseando que ellos crezcan y se independicen y no escuchando las reales necesidades de sus hijos.

Alas y líneas de integración y desintegración.
El Eneatipo 2 tiene las alas 3 y 1. Cuando se inclinan al lado más sano del 3, se vuelven extravertidos, sociables y conversadores, disfrutan de saberse exitosos en su labor altruista. Sin embargo, cuando se orientan al lado menos sano del 3, centran más su generosidad en el reconocimiento que los demás le puedan brindar, que en las necesidades reales de su protegido. Cuando se tornan al lado más sano del 1, se conectan con el servicio social generoso y ayudan a que el mundo sea un lugar más humano y mejor. Sin embargo, cuando se vuelcan al lado menos sano del 1,se tornan críticos y pareciera que la vida de los demás nunca está lo suficientemente resuelta como para que ellos puedan descansar un poco.

El Eneatipo 2 se integra hacia el número 4 cuando se conecta con su mundo interior y comprende lo especial que es y ya no necesita ser compulsivamente reconocido y valorizado.
Cuando se desintegra hacia el 8, se vuelve agresivo y ataca a quienes no han recibido sus atenciones o habiéndolas recibido, no han sabido agradecerlas debidamente.

Misión Álmica del Eneatipo 2.
Las personas de este Eneatipo sienten una voz en su interior que les dice:
Yo necesito amar y sentirme amado.
Aspiran a ayudar y a cuidar a quienes aman, y a los más necesitados. Quieren hacer del mundo un lugar más amable, solidario y amoroso.

Cuando se alinea con su Misión Álmica.
Es una persona cariñosa, modesta, alegre, respetuosa. Siempre dispuesta a ayudar y regalar sus atenciones. Sabe reconocer sus propias necesidades lo que le permite entregarlas a los demás en la medida de sus posibilidades, sin cansarse ni imponerse sobre los demás. Conectados con la energía amorosa divina prodigan afecto donde van y es un verdadero placer estar a su lado.

Cuando se desalinea con su Misión Álmica.
Satisface sus necesidades de atención mediante la atención que pone en el otro, sin reparar si este realmente lo desea. Cuando no recibe el reconocimiento que cree merecer, se siente desvalorizado y frustrado llenándose de resentimiento por no haber obtenido lo que buscaba. Si por el contrario consigue que los demás dependan de sus atenciones se llenará de orgullo de sí mismo, aunque tarde o temprano llegará el momento en que el peso de la dependencia del otro lo agobiará.

Guía para permitir que la Misión Álmica se manifieste.
Estás llamado a enseñar con el ejemplo, el verdadero sentido del amor generoso. Si te alineas con tu Misión Álmica, aprenderás a disfrutar de tu capacidad de dar, sin que por ellos sientas que los demás quedan en deuda contigo.
Tu desafío es recordar que el verdadero amor no escasea y que para conseguirlo no necesitas hacer todo tipo de contorsiones. El verdadero amor no se puede transar, aún cuando la moneda de cambio que uses sean atenciones, regalos, adulaciones, cuidados o generosidad. Has de aprender que si vas a prodigar amor y generosidad será simplemente por el placer que sientes en hacerlo y no en espera de agradecimiento, valorización o retribuciones.
No olvides que no es mejor madre aquella que siempre está cuando sus hijos la necesitan, sino aquella que cría hijos que no la necesitan. No estimules a que los demás dependan de ti, ayúdalos como sabes hacerlo y estimúlalos a que vuelen con sus propias alas.
Los demás tienen sus propias necesidades, escúchalos y créeles cuando te digan qué es lo que quieren de ti, aunque signifique dejarlos cometer sus propios errores.
Recuerda que quien verdaderamente te ame no lo hará por lo que puedas ayudarle, sino por ser realmente quien eres. Ser solidario, generoso, entregado, está bien, pero lo maravilloso es ser tu mismo y recuerda que todo el amor que buscas en los demás ya lo tienes en tu interior.

Reconoce al 2 que hay en ti:
Los dones del Eneatipo 2 sanos, se asocian mucho con las cualidades que tradicionalmente se esperaba de las mujeres en la sociedad. Todos tenemos un 2 en nuestro interior que busca manifestar bondad en la vida.
1. ¿Me cuesta decir que no cuando alguien querido me pide un favor, aún cuando tengo deseos de hacerlo?
2. ¿A veces siento que no hago lo suficiente por los más necesitados?
3. ¿Cuándo ayudo a alguien siento una profunda satisfacción interna?
4. ¿Este sería un mundo mucho mejor si todos fueran un poco más generosos?
5. ¿Cuando alguien me habla de sus problemas, aún cuando me aburra suelo prestarle atención?
Uno de los maestros de la ley se acercó y los oyó discutiendo. Al ver lo bien que Jesús les había contestado, le preguntó:
- De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante?-
El más importante es: “Oye, Israel. El Señor nuestro Dios es el único Señor -contestó Jesús-.
¨Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.”
El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.”
No hay otro mandamiento más importante que éste.
Evangelio de San Marcos, Capítulo 12, versículos 28 al 34

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